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sábado, 15 de octubre de 2011

Creciendo en pareja en amor y transparencia, diciendo adiós a los resentimientos. Por Isha


Que sucede en la pareja con la expresión de lo que sentimos, lo que no se expresa, etc. Pues uno se conoce, se enamora, se casa. Así es como sucede, ¿verdad? Hmm. ¿Y entonces qué? Oímos hablar de tasas de divorcio, de terapias de pareja y de amoríos, pero también oímos hablar de la imagen perfecta de matrimonios felices por 50 años.
 Sentimos la necesidad de que el otro se comprometa porque así podemos controlarlo y en esa forma, pensamos que estará siempre a nuestro lado y eso nos hace sentir seguros.


 A menudo, es por la necesidad de recibir la aprobación pública asociada con el matrimonio o para vivir ese cuento de hadas que nos han hecho tragar, como la sopa de pollo que según se nos dijo curaba los resfriados. Pero no quiero hacer que todo parezca tan sombrío. 


En un matrimonio entre dos personas que se aman incondicionalmente, no hay necesidad de atar a la otra persona o tratar de controlarla en modo alguno. El amor incondicional da al otro la libertad de expresión que todos estamos deseando: la libertad de ser nosotros mismos. ¿Existe amor más grande que eso? Si realmente amas a alguien, ¿cómo puedes desear que sea otra persona? Este tipo de matrimonio florece y fructifica en dos personas que se apoyan mutuamente en el logro de su propio potencial.

Nuestro deseo de hacer que el amor del otro sea eterno proviene de nuestra necesidad desesperada de ser amados, pero esta necesidad continuará insatisfecha hasta que lleguemos a amarnos a nosotros mismos. El impulso de controlar a los demás proviene de nuestra falta de amor propio. Hemos aprendido a rechazarnos tanto, que nos hemos convertido en esclavos de la aprobación exterior; nuestro sentido del valor propio depende casi totalmente de la opinión de quienes nos rodean.

Esto es así incluso para personas aparentemente exitosas y de gran alcance, porque si su confianza radica en su éxito o su prestigio público, ¿a dónde van a ir si esas cosas desaparecen? Ésta es la razón por la cual la pérdida suele ser un gran maestro: en la pérdida, nos enfrentamos con nuestro propio sentimiento de vacío. Si ya no está lleno con nuestras distracciones y adicciones, el hueco interior queda abierto y visible; es imposible ignorarlo por más tiempo. Entonces tenemos dos opciones: podemos tratar de ocultarlo de nuevo -reconstruyendo aquello que habíamos perdido o reemplazándolo con alguna otra forma de distracción- o podemos decidir finalmente tomar responsabilidad de nuestra propia insatisfacción y comenzar a hacer el trabajo necesario para encontrar la plenitud interior.

El matrimonio no es un remedio para la inseguridad. El único remedio verdadero para la inseguridad es el amor a uno mismo -más allá de los temores y las dudas de la mente- y el desarrollo de una conciencia del valor subyacente que es nuestro propio ser, lo que yo llamo amor- conciencia. El verdadero amor, el amor incondicional, rompe todas las fronteras, cajas e ideas. Es la naturaleza ilimitada de ser, es la vida misma.
 ¿Cómo pasar del amor condicional al amor incondicional? ¿Cómo podemos saber si nuestras relaciones personales se basan en la necesidad o en algo más profundo? Aquí comparto algunos de los indicadores comunes de la dependencia mutua. Pregúntate si haces estas cosas en tus relaciones, y luego lee mis sugerencias de cómo cambiar estos comportamientos por una forma más amorosa de interacción.

Escenario: ¿Mientes a tu pareja? Las mentiras van desde pequeñas cosas (sí cariño, me encanta tu cazuela de pollo) a las más importantes (voy a trabajar hasta tarde esta noche), pero las mentiras son un signo de una relación basada en la necesidad de recibir la aprobación del otro.
Solución: Sé honesto.
 El amor es siempre veraz. La mentira viene del miedo. Si deseas una relación realmente amorosa, la verdad es la única opción. Siempre.

Escenario: ¿Tratas de controlar y cambiar a tu pareja?
 La necesidad de modificar al otro proviene de tus propias expectativas de cómo crees que debería comportarse para sentirte apoyado y amado. Esto viene de no asumir la responsabilidad de tu propia seguridad.

Solución: Suelta eso.  Cuando te veas manipulando o sobreactuando, detente. Tráete al momento presente y piensa internamente: “Yo puedo soltar eso”. Ve hacia el interior y céntrate en amarte a ti mismo. Entonces, la necesidad de controlar a tu pareja se desvanecerá.

Escenario: ¿sus conversaciones siempre se convierten en discusiones?


Solución: Escucha. Cuando tu pareja te esté hablando, realmente escucha lo que te dice, especialmente si no estás de acuerdo o si se te hace enojar. Encontrarás que las cosas que menos quieres escuchar son las que más te pueden ayudar a crecer. No tienes que estar de acuerdo con ella para escucharla, y por escuchar no estás dándole automáticamente la razón, pero te estás abriendo a recibir lo que tiene para mostrarte. Cuando uno escucha, aprende más sobre la otra persona, pero más importante aún, aprendes más sobre ti mismo
.
Escenario: ¿Te sientes resentido? Si no expresas sus sentimientos abiertamente con tu pareja, el resentimiento empezará a crecer dentro de ti y luego se volverá a detonar por las cosas más pequeñas y tontas. Si encuentras que, durante una discusión, vuelves a sacar la lista de todo aquello por lo que te sientes resentido, no estas expresando lo suficiente.

Solución: Sé vulnerable.
 Una relación verdaderamente amorosa aguantará la prueba de la verdad. Sé honesto acerca de lo que sientes y pronto verás la verdadera naturaleza de tu relación. Dile a tu pareja cómo te sientes. No trates de cambiarlo; expresas con el objetivo de ser totalmente transparente, de mostrarte exactamente como eres. Reconoce el miedo y permítete sentirlo. Al hacerlo, comenzarás a liberar la carga emocional que causa el resentimiento y a reemplazarla con amor.

Lo maravilloso acerca de estas recomendaciones es que sólo tienen una persona a trabajar: ¡Tú! No caigas en la trampa de pensar, “no puedo compartir mis sentimientos con él, porque nunca escucha”… o “voy a ser honesto con ella, si ella es honesta conmigo”…

Una vez que tomas la decisión de poner la honestidad y la transparencia, por encima de la necesidad de aprobación o de manipular a tu pareja, todo va a empezar a cambiar. Si tu relación esta basada en dos personas que realmente se aman, se convertirá en más íntima, más satisfactoria. Y si el amor se ha ido, entonces probablemente terminará pronto. Pero, cuando te enfrentes con la verdad, pregúntate lo siguiente: “¿en realidad quieres pasar tu vida con alguien que no te quiere?” La verdad es que, una vez que empiezas a ser lo suficientemente honesto para hacer frente a esa realidad, ya estarás en camino a amarte a ti mismo. Y como dice el refrán: La verdad nos hace libres.

Isha

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